domingo, 24 de junio de 2012

¡VICENTE DEL BOSQUE, “FOR PRESIDENT”! EL BUEN SENTIDO, EL SENTIDO COMÚN, AL PODER



EL TRIUNFO DE LA NORMALIDAD SENCILLA Y SERENA FRENTE A TANTA TONTUNA MODENNA: GLAMOUR, LOOK, IMAGEN, TREND TOPIC


Hubiera escrito este breve post aunque la selección de fútbol de España hubiese perdido ayer frente a la de Francia. El desbarre de las dos últimas semanas contra el seleccionador Vicente del Bosque sólo es posible en un país de opinadores que, hasta en el fútbol, ofician de desbarrantes crónicos a imagen de esos neo-regeneracionistas abanderados del fatalismo hispánico, del irredentismo, de la autoflagelación sin pausa, del “me duele España” (y no sé por qué les duele con tanta persistencia, puesto que, según ellos mismos, “España no tiene arreglo”). La verdad es que yo, en este “blog” sin ir más lejos, he proporcionado muchos datos y argumentos no precisamente favorables al optimismo. Porque, en realidad, las cosas están muy mal y nuestros dirigentes no parecen capaces de arreglarlas mínimamente, de mejorarlas un poco (no pienso ahora sólo ni principalmente en la situación económica). Pero una cosa es decir las cosas como a uno le parece que son, después de haberlas estudiado y otra, muy distinta, abonarse al masoquismo y negar toda posibilidad de mejora. En tiempos difíciles, el humor, el talante de cada persona, su disposición a mejorar ella misma y a mejorar su pequeño o no tan pequeño entorno, son elementos decisivos, porque configuran el espíritu con que una sociedad entera afronta la adversidad y hay, también, a la postre, macroeconómicamente, una enorme diferencia entre una sociedad civil que sufre, pero lucha, y una sociedad civil definitivamente deprimida y derrotada. Me parece que hasta “los mercados” huelen el clima social y distinguen el aroma del empeño del mal olor de la derrota adelantada.

Precisamente es en los tiempos difíciles cuando destacan personas tan normales (de una normalidad excepcional, por desgracia) como el seleccionador nacional, D. Vicente del Bosque, que es capaz de afrontar con serenidad el desbarre inmotivado de muchos opinadores, de responder a las preguntas con modestia, realismo y buen sentido y de lanzar, con cierta frecuencia, los mensajes empapados de la sólida sensatez que tanto se necesita y tanto escasea. Vicente del Bosque fue expulsado del Real Madrid presidido por Florentino Pérez, el mago empresarial, ahora un poco perdido a falta de ladrillo, justo cuando Del Bosque había logrado los mejores resultados para su equipo. Y es que, para Pérez, con su cultivado aire de triunfador, de conseguidor, Del Bosque no encajaba con el "look" modenno, juvenil, dinámico y de “ejecutivo de película” que Pérez adjudicaba al Real Madrid, por mor de la imagen institucional, del marketing y del merchandising. Del Bosque, con su calva y su bigote y vestido con tendencia a lo gris, sin ropa de marca, tan hispánico él, parecía -y sigue pareciendo- el “buen padre de familia” del que habla el Código Civil. Y es que resulta que Del Bosque lo es.

Del Bosque es un señor, un señor que se viste por los pies, que nunca ha protagonizado una salida de tono, que no exagera ni publicita las bofetadas que le han dado en la vida, que no está obsesionado con la brillantez formal, que carece de interés en ser trend topic, que no envía mensajes por twitter y que no se cree infalible ni se autocataloga como importante. Rara, rarissima avis en la vida pública española.

Y se conoce que, con esas cualidades, con su quehacer sin estridencias, con su aversión a hacer frases y crearse minutitos de gloria, Del Bosque ha logrado ensamblar a un conjunto de estupendos jugadores, insuflarles sentido de la responsabilidad y del deber con su público, necesidad de aparcamiento de divismos e individualismos, necesidad de trabajo (eso que llaman “sudar la camiseta”, sí) e ilusión por afrontar, paso  a paso, la tarea que les corresponde, sin darse anticipadamente ni por vencidos ni por vencedores. Hemos visto desterrado el vedettismo y la vagancia. Parece que llevamos tiempo con un grupo de españoles muy distintos pero capaces de mantener, junto a la alegría, el sentido del trabajo en equipo y la concentración, sin perderla por la euforia precursora del descuido y sin venirse abajo ante la primera adversidad. ¡Aleluya!

Eso sólo lo logra una persona buena (o sea, una buena persona) y una persona sabia. Una persona con autoridad verdadera.

Estoy feliz por la victoria del fútbol de España sobre la selección de Francia (2-0). No es que me pareciese cuestión de vida o muerte. Es que los tontorrones de los guiñoles -con los que Del Bosque, como Nadal, rehusaron sabiamente enzarzarse- tendrán un cierto dolor de hígado, que se han ganado a pulso con un humor sin calidad y espantosamente chovinista. Y, además, esta victoria nos ha evitado más ataques malintencionados al ánimo colectivo de España, bastante maltrecho, pero que importa mucho, muchísimo, templar y fortalecer.

Frente a tantos insolventes cantamañanas, los "equipos de trabajo" de España, que son tantísimos y tan diversos, necesitan “Del Bosques”, personas buenas y sabias, sencillas, discretas, trabajadoras, que los dirijan. Personas como Del Bosque, aunque no sean calvos ni bigotudos ni vistan tan grisáceamente. Ya sé que Del Bosque nunca querría encabezar una lista electoral. Pero he titulado el post “¡DEL BOSQUE, FOR PRESIDENT! para llamar la atención sobre esto: es hora de que los españoles vean claro cómo han de ser sus dirigentes, cuáles son las virtudes (“las fortalezas”, como ahora dicen, frente a “las debilidades”), que verdaderamente funcionan. Es hora de arrumbar los prototipos o modelos erróneos, que, camelísticamente, toman tantas “debilidades” como si fuesen “fortalezas”. Del Bosque, el antihéroe, es un buen ejemplo de triunfador sin ínfulas, pero triunfador. Porque, pase lo que pase en la Eurocopa de fútbol, Del Bosque ha triunfado de verdad. Y su equipo de fútbol, también.

lunes, 18 de junio de 2012

YA NO HAY DUDA: EL CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL ES EL “NO VA MÁS” DEL CORRUPTO “ESTADO DE PARTIDOS”



UN MINI-CONSEJO (CGPJ), OCURRENCIA POCO ORIGINAL DEL MINISTRO DE JUSTICIA DE ESPAÑA
(Actualizado a 19 de junio de 2012, 19.00 horas)


Si no me equivoco, “Estado de partidos” fue una noción acuñada hace mucho tiempo por el Prof. García Pelayo (q.e.p.d.), presidente del Tribunal Constitucional (TC), desde 1980 a 1986. La noción fue utilizada y muy difundida por la Sentencia TC Pleno 108/1986, de 29 de julio, precisamente sobre el CGPJ y la designación  parlamentaria de todos sus Vocales, incluso los 12 que han de ser “Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales” (art. 122.3 de la Constitución Española: CE).  Alertaba el TC del grave peligro de que esos 12 Vocales, en vez de representar a la Carrera Judicial, como afirmaba que era la voluntad constitucional, fuesen designados en razón del peso de las formaciones o grupos parlamentarios, lo que respondería a la “lógica del Estado de partidos”, pero no a la configuración deseada para ese órgano (el CGPJ) como garante de la independencia judicial, por desapoderamiento del Ejecutivo respecto a selección, nombramientos, inspección y sanciones de los Jueces y Magistrados, titulares del poder judicial.

La expresión “Estado de partidos” era y es certera (en especial frente al concepto de “Estado de Derecho”) porque si, pese a las proclamaciones constitucionales sobre la ausencia de mandato imperativo de Diputados y Senadores, éstos acaban representando a los partidos políticos con mayor implantación —como efectivamente ocurre— y si de los Diputados —como representantes de hecho de los partidos— viene a depender formalmente el Gobierno, sólo falta que a los poderes legislativo y ejecutivo, así determinados y condicionados por el juego político-partidista, se añada el Poder Judicial. Con ese añadido, está completo el “Estado de partidos”. El TC consideraba  que ése era un riesgo o peligro cierto de la designación parlamentaria de todos los Vocales del CGPJ, pero, al afirmar que no era absolutamente necesario que el riesgo o peligro se materializase en resultado contrario de la Constitución, no declaró inconstitucional la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), de 1985, en lo relativo a esa designación parlamentaria. Siempre pensé que el TC ejercía un funambulismo de altos vuelos con tamaño salto dialéctico (el de no permanecer en el ámbito de los riesgos o peligros, que las disposiciones legales deben neutralizar, atenuar o disminuir, y pasar a considerar resultados. No ha variado mi pensamiento y he tratado también en este “blog” de la destrucción del concepto de garantía (v. http://andresdelaoliva.blogspot.com.es/2012/01/las-garantias-juridicas-en-vias-de.html), pero ocurrió, además, que lo que al TC le parecía peligro de algo inconstitucional rápidamente se convirtió en resultado indiscutible de inconstitucionalidad (“reparto de Vocales por cuotas parlamentarias”), resultado que no ha dejado de repetirse una y otra vez sin que nadie se atreviese a negar su realidad.

Permítaseme la auto-cita, para ahorrarme tiempo. El 3 de octubre de 2011 escribía aquí: «No es ninguna manía personal esta idea de que el CGPJ es el exponente más intenso del “Estado de partidos”, corrupción de la democracia parlamentaria, sin atisbo ya de una genuina separación de poderes. Entender al CGPJ como órgano constitucional convertido en máximo exponente de la corrupción objetiva de la democracia constitucional tiene un fundamento claro: el último sistema de elección de los 12 Vocales del CGPJ que han de ser Jueces y Magistrados [instaurado por la L.O. 2/2001, de 28 de junio, con el PP en el Gobierno y el Sr. Acebes en el Ministerio de Justicia] provoca que el ámbito partidista-parlamentario y el judicial se empasten con una mixtura que no tiene parangón. Que Diputados y Senadores tengan que designar a esos 12 Vocales de entre los Jueces y Magistrados que figuran en unas listas confeccionadas sobre todo por las asociaciones judiciales no conduce, como se quiso hacer pensar, a limitar la capacidad de decisión de los Diputados y Senadores a cambio de un mayor peso del conjunto de los Jueces y Magistrados: conduce a que, en cuanto se aproxima la renovación del CGPJ, se inicie un largo, intenso y duradero compadreo entre los partidos y las asociaciones judiciales, aunque éstas, sumadas, no alcancen a integrar a la mitad de los Jueces y Magistrados en activo. Las asociaciones judiciales (o cualquier iniciativa independiente que pretenda no ser meramente testimonial) operan en función de lo que a los responsables políticos les pueda parecer y les parezca aceptable. Así, tras ese compadreo o “negociación”, salen las listas pretendidamente limitativas de posibles Vocales judiciales y, después, por cuotas parlamentarias, como desde 1985, los partidos designan los 12 Vocales. Tamaña implicación del mundo del Derecho y de la Justicia con el mundo de los partidos políticos no se produce ni siquiera al designar Magistrados del Tribunal Constitucional: ahí, la pugna y la “negociación” son directamente político-parlamentarias» (v. http://andresdelaoliva.blogspot.com.es/2011/10/hasta-el-20-n-un-parentesis-despues-del.html)

Aquí hemos seguido de cerca las andanzas de la “última edición” del CGPJ (pinchen, si quieren recordar, en la etiqueta correspondiente) y, por tanto, no nos puede extrañar lo más mínimo que la historia esté acabando con algo tan novedoso —lo único que les faltaba— como una renuncia del Presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ por avalancha de críticas públicas y declarada falta de respaldo de los Vocales a D. Carlos Dívar, primer presidente del órgano de gobierno del Poder Judicial cuya designación fue anunciada por el Presidente del Gobierno, a la sazón D. José Luis Rodríguez Zapatero, tras rapidísimo consenso con D. Mariano Rajoy, entonces Presidente del Partido Popular. La cosa tenía ya muy mal aspecto (puesto que Dívar no era un jurista, ni a secas ni de reconocido prestigio ni de reconocida competencia). El cariz de las cosas empeoró más aún cuando los muy desairados 20 Vocales de los que dependía la designación no testimoniaron siquiera su malestar y votaron unánimemente a Dívar. Y después, acontecimiento tras acontecimiento, el estado de este CGPJ no ha hecho más que agravarse hasta la actual putrefacción manifiesta.

El descontrol del gasto público en el CGPJ ya había tenido una expresión superlativa —no recordada por nadie, que yo haya visto— cuando el 20 de mayo de 1998, la misma “edición” del CGPJ que antes, en 1996, había acordado que sus miembros no tuviesen que justificar gastos de representación, aprobó, con sólo 4 votos en contra, unaautosubida de sueldodel 23%, para que el “órgano gobernante” no ganase menos que el “órgano gobernado” (el TS), subida que se hizo efectiva con efecto retroactivo a 1 de enero de 1998, mediante una transferencia de fondos del capítulo I (gastos de personal) que no se habían gastado, sin modificación presupuestaria (que, naturalmente, hubiese correspondido al Parlamento). Vean la estupefaciente noticia entera gracias al siguiente enlace: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1998/05/21/022.html

(Muy grave fue, aunque dentro de los parámetros ordinarios de nuestra clase política, que el Congreso de los Diputados aprobase para el siguiente ejercicio presupuestario el susodicho aumento del 23% y consolidase así unas retribuciones altísimas y absolutamente injustificadas)

Avergonzado por el desprestigio que ha causado, no ya al CGPJ, sino al mismo Tribunal Supremo, la presidencia de Dívar subsiguiente a la iniciativa de ZP consensuada con Rajoy; abrumado por la resistencia de tantos y tantos biempensantes a enfocar certeramente las noticias de los reiterados viajes de este Presidente y sus deplorables primeras explicaciones, que no hicieron sino repetirse varias veces, como si explicasen algo evidente y no quisiésemos entenderlo; entristecido todavía más, si era posible, a causa de la incapacidad de los Vocales (de todos) para reaccionar con elemental sentido común y dignidad (en unos ha habido desenfoque, pusilanimidad, chaqueterismo; en otros, exhibicionismo histriónico, oportunismo); apesadumbrado por el penoso apoyo a Dívar del Ministro de Justicia, Sr. Ruiz Gallardón, que cuando menos debió guardar silencio, al haberse dejado aconsejar decisivamente por el Sr. Dívar para formar el “núcleo duro” de su Ministerio (Secretaría de Estado, Comisiones prelegislativas, etc.); disgustado después ante la lenidad indisimulable y desvergonzada de la Fiscalía del TS y la General del Estado, decidí callar sobre este deplorable episodio de corrupción político-económica y sólo me referí, en su momento, a las especiales pestilencias que debíamos sufrir (por aquello de “a buen entendedor…”).

Ahora, sin embargo, anunciada públicamente la renuncia de Dívar, no tengo ya motivo para seguir callado. Y no quiero dejar de lamentar, ante todo, que, en su momento, la pregonada religiosidad y el no menos pregonado altruismo benéfico de Dívar —que lo pregonado no carecía de fundamento me consta personalmente— condujese a muchos a considerarlo idóneo o “de los nuestros”. Defiendo que cada cual exprese públicamente sus creencias y sentimientos religiosos en ocasiones apropiadas, pero nunca me ha gustado la beatería con visos de exhibicionismo. Y, desde luego, entiendo que un cristiano y, en concreto, un católico, tiene reforzadas por su fe las exigencias éticas propias de quienes ocupan cargos públicos o puestos de responsabilidad de los que otros dependen. Ni la ignorancia vencible (o "inexcusable", como dice la ley procesal) ni la vagancia ni el desahogo se atenúan un ápice por ser lo que antes se llamaba “de misa y comunión diarias”. Será al revés, en todo caso. Espero que este comentario, con el que no juzgo el interior de nadie, sino que valoro su comportamiento externo, ya conocido de todos, no sea interpretado como una falta de caridad con esta persona. Lo digo porque una vez me reprocharon esa falta de caridad por pedir que dimitiera de un cargo público quien había sido juzgado y condenado por hurtar varios objetos en unos grandes almacenes.

Dicho lo anterior, continúo. Sólo un muy extendido acostumbramiento a aprovecharse de los cargos públicos hasta para tomarse una cerveza y una aceituna, que no se paga si se puede endosar la cuenta a los ciudadanos (asombra ya tamaña tacañería), sólo una insensibilidad roqueña hacia los demás, sólo la más absoluta falta de elegancia, sólo la más necia equiparación de lo legal con lo ético pueden explicar que el comportamiento del Sr. Dívar haya sido, ante todo, tolerado y amparado desde dentro del CGPJ, donde, a no dudarlo, muchos debían conocerlo. Sólo ese compendio de desatinos y pésimos criterios individuales y sociales permite entender que, descubierto el pastel de tanto viaje y tanta cena, nadie haya sido capaz de decirle a D. Carlos Dívar: “no se engañe, D. Carlos, esto se ha acabado: váyase enseguida. Game is over.” Al revés, bastantes cerraron filas, como si el meollo de la cuestión fuese una trifulca interna. Hemos asistido a una polémica torpe, trucada, inmoral, casi obscena, sobre la distinción entre lo privado y lo público, con alegatos tan inaceptables como pretender que, por ser siempre, todos los días y a todas horas, Presidente del TS y del CGPJ (como siempre es uno lo que sea: Ministro, Presidente del Gobierno, Consejero de Estado), todo lo que decida gastar esa persona corre a cuenta de los caudales públicos. [ACTUALIZACIÓN: no es sólo que en el CGPJ conocieran lo que sucedía con los generosos caudales públicos presupuestariamente asignados: es que les parecía de perlas, porque, quien más quien menos, funcionaban como Dívar. A mí me repugna ver cómo el Vicepresidente, Sr. de Rosa, otro no jurista, ahora se autoproclama ya "sucesor" de Dívar y "regenerador" del CGPJ o cómo, hace poco tiempo, con el "affaire Divar" ya en la calle, el Vocal Almenar Berenguer, el peso pesado de la APM, que, en consenso con la Vocal Robles, ha manejado el CGPJ mientras Dívar disfrutaba del puesto, aparece como paladín de la austeridad.]

Lo más grave no es que haya personajes dispuestos a ahorrarse la pasta de dientes si después de cepillárselos tienen un acto público, gente preparada para invitar a un prójimo con el dinero de todos los demás, personajillos atentos a no dejar escapar la posibilidad de aducir la importancia de su cargo para no explicar con quién cenan protocolariamente (como si, además, no cenasen o almorzasen en lugares públicos y el secreto sobre la identidad del acompañante protocolario estuviese justificado). Gente así ha habido y habrá siempre. Lo que no ha sido siempre así y lo que resulta más grave es que tantos pícaros y aprovechados hayan sido y sean nombrados para muy altos cargos y tantos, tantísimos, consideren normal lo que resulta a todas luces inaceptable y reprobable. Y tampoco ha ocurrido siempre que la eventual mala uva de un denunciante excusase radicalmente lo denunciado.

En medio de este asunto, ante el que el partido en el Gobierno y el principal partido de la oposición han sido incapaces de ponerse de acuerdo para resolverlo de forma limpia y rápida, poniendo fin cuanto antes a una situación podrida, aparece Ruiz Gallardón, Ministro de Justicia, a proponer un Consejo General del Poder Judicial con dos clases de Vocales, unos —cinco en total, concreta— de primera categoría y otros —quince, si se quiere respetar el número que establece la Constitución—, de segunda. Hace mucho tiempo que está reconocido el error de los constituyentes al diseñar un órgano con 20 Vocales, cuando la mitad serían suficientes. Pero, puesto que el art. 122.3 CE habla de 20 Vocales, parece claro que el CGPJ es un órgano colegiado con unas funciones mínimas (las constitucionales: “nombramientos, ascensos, inspección y régimen disciplinario” de los Jueces y Magistrados) que han de ser desempeñadas colegiadamente por esos 20 Vocales más, en su caso, el Presidente del TS y del mismo CGPJ, que es designado por esos 20 Vocales. De modo que, para lo esencial del CGPJ, un órgano colegiado con menos de 20 Vocales no sería acorde con la Constitución.

Además, la ocurrencia del Ministro no es original. En el año 2002 ya se redactó, bajo los auspicios del Ministro de Justicia, Ángel Acebes un Borrador de una nueva Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) que, elaborado irregularmente por Magistrados del Tribunal Supremo, pretendía, entre otras innovaciones, esa “miniaturización” del CGPJ. Publiqué sobre esta ocurrencia (y sobre otra aún más grave) un artículo extenso, que los más interesados pueden leer en el “blog”, hermano de éste, titulado DOCUMENT-AOS, Depósito de documentos propios y ajenos (pinchen enlace). En ese artículo, que acabo de reproducir o "colgar" ahí, pueden encontrar más detalles y más argumentos.

En suma, lo que el Sr. Ruiz Gallardón pretende no se puede llevar a cabo sin reformar la Constitución, porque cualquier atribución esencial del CGPJ (que no debería tener ninguna otra más que las esenciales) está confiada a un colegio de 20 ó 21 miembros, lo que supone que todos han de intervenir del mismo modo, pues, de lo contrario, no estaríamos ante un órgano colegiado y no cabe dudar de que ese tipo de órgano es el que establece la Constitución vigente.

Otra cosa es que los Vocales del CGPJ hayan de tener necesariamente categoría de Secretarios de Estado, retribución igual a la de los Magistrados del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, vehículo oficial individual a plena disposición, generosos gastos de representación, etc. Eso se puede —y se debe— cambiar sin necesidad de reforma constitucional: con un cambio en la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), que no tendría por qué demorarse hasta disponer de una LOPJ completamente nueva, faraónica obra legislativa muy dudosamente necesaria, pero indudablemente retardataria de cambios urgentes. Me parece que sería suficiente una retribución superior a la de su empleo judicial (para los 12 Vocales judiciales) y compensatoria, para los 8 Vocales Abogados y otros juristas “de reconocida competencia”, de su lógica incompatibilidad durante el tiempo que ocupen ese cargo. En todo caso, reducir el gasto público en el Consejo General del Poder Judicial es empresa harto asequible sin necesidad de inventos que intenten sortear la Constitución y realmente la vulneren.

miércoles, 13 de junio de 2012

RUIZ GALLARDÓN, MINISTRO DE JUSTICIA DE ESPAÑA, NOS ILUMINA SOBRE LA CRISIS ECONÓMICA



LA REFORMA ESTRUCTURAL MÁS URGENTE: SUPRIMIR LA SIESTA


Lo sé muy bien, lo sé: amigos, compañeros y lectores de este “blog” están deseosos de que hable aquí de la Justicia y de asuntos jurídicos, en vez de preocuparme tanto de temas económicos. Y yo tengo la mejor de las disposiciones a complacerles, pero lo que sucede es que, en estos meses, existen motivos para preocuparse sobre cuestiones tan prosaicas como si los billetes o monedas de euro que tenemos nos servirán para comprar lo que teníamos pensado comprar, si los cajeros automáticos realmente funcionarán, si nos pagarán la nómina y, en caso afirmativo, en qué importe y si, puestos a acudir al banco, estará abierto y, de estarlo, podremos disponer o no de billetes según las anotaciones de nuestra cuenta. Uno -¡qué le vamos a hacer!- se preocupa con estas cuestiones y otras similares, muy a ras de tierra, como cuánto le quedará de pensión o si seguirán abiertos los comercios donde habitualmente se provee de champú y pasta dentífrica, de pilas y bombillas o de calcetines. Uno se preocupa porque quizá tenga que cambiar de peluquería, porque tiene primos y sobrinos en paro o amenazados de despido, porque a diversos amigos les renueven contratos de trabajo que hasta hace meses parecían sólidos y porque se mantengan abiertos, o cierren, sus beneméritos bares y restaurantes preferidos.

Y si uno tiene amigos en Méjico, en Argentina o en Italia, a las nada poéticas preocupaciones anteriores se añaden otras similares, aunque localizadas más lejanamente. Y así, uno no sigue con atención lo que en principio tendría que interesarle más: los modelos de proceso penal, la adecuada protección de arrendatarios y arrendadores de fincas urbanas, la naturaleza del Ministerio Fiscal y, sobre todo, lo más importante para la Justicia, en todo el globo terráqueo: los sistemas ADR (Alternative Dispute Resolutions). Llega la cosa al punto de que uno no sigue la última jurisprudencia del Tribunal Constitucional ni la más reciente doctrina de la Dirección General de los Registros y del Notariado ni las divergencias de las Audiencias Provinciales sobre despacho de ejecución contra quien no figura como deudor en el título ejecutivo, pongo por caso. Uno anda intentando entender qué le pasa al mundo, empezando por su calle. (Tanto "uno" parece un tango y se merecen, para descansar un poco, escuchar esta excelente versión del maravilloso "Uno": http://www.youtube.com/watch?v=VoEZSzNQ5DI)

Pero ocurren cosas que le devuelven a uno a la realidad, a los fundamentos de la vida, a las raíces de los problemas. Y así, D. Alberto Ruíz-Gallardón, Ministro de Justicia de España, se va de viaje a Ciudad Real para imponer una condecoración y alumbra allí una idea brillante, que lanza al mundo con la contundencia demostrada en su tenaz defensa de las más hondas convicciones jurídicas y con la legitimación que le proporciona conocer a fondo cómo cabe aumentar la deuda pública hasta límites inimaginables para el homo sapiens común. Allí, en Ciudad Real, el Ministro insiste en un cambio radical, decisivo para regenerar la Justicia española, algo al alcance sólo de la privilegiada mente del ex-Alcalde de Madrid: el mes de agosto debe ser hábil a los efectos procesales.

No puedo sino hacerme eco de esta iniciativa, a la que, por supuesto, se ha sumado de inmediato el ilustre Decano de abogados personalmente distinguido en Ciudad Real por el Ministro. Piensen, ponderen Vds. bien los meritorios redaños que muestra poseer el Ministro Ruiz Gallardón: a los pocos días de afirmar que el Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), así como la Justicia española en su conjunto, salían reforzados con el archivo de una denuncia por malversación de caudales públicos y a menos días aún de que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) oficial hiciese público que, por vez primera, los Jueces y Magistrados son los servidores públicos peor valorados según una encuesta realizada tras conocerse los hechos que fundaban la denuncia (numerosos viajes del referido Presidente, pagados en todo o en parte con los caudales públicos), el Ministro Ruiz Gallardón considera importante insistir en que el mes de agosto sea hábil para cualesquiera actuaciones procesales (para bastantes siempre lo ha sido y lo es: p. ej., para toda las investigaciones y medidas cautelares penales). El Ministro tiene claro y no abriga ninguna duda de que, robustecida la Justicia y sus servidores gracias a los buenos ejemplos de las “cúspides” y a las firmes ideas ministeriales, lo que hace falta es habilitar procesalmente el mes de agosto.

Los argumentos del Ministro son en verdad impresionantes. Cito literalmente:

"No se puede decir a un inversor en el mes de agosto que su inversión debe ser retrasada a septiembre"

"Jamás en este país se volverá a decir a una actividad económica que quedará paralizada 30 días por ser agosto".

Yo reconozco que ignoraba que -carambolas singularísimas aparte- las decisiones sobre inversión dependiesen de los tribunales de justicia. Y tampoco sabía que en el mes de agosto, a causa de disposiciones de las normas orgánicas y procesales, quedase paralizada alguna actividad económica.

Con ser lo anterior merecedor de la más detenida consideración, lo verdaderamente importante es el pensamiento profundo de Ruiz Gallardón subyacente a ese propósito ministerial. Lo deja expresado con esta frase lapidaria, que voy a destacar como merece:

“España no está para siestas”

En todo el mundo se conocen unas cuantas palabras de la lengua española: “amigo”, “patio” y “siesta”, me parecen las más destacadas. Centrándonos en la última, conviene recordar que son ya numerosísimos los estudios científicos, sobre todo en el ámbito de la medicina, realizados principalmente en los EE.UU., pero también en Japón, que han concluido, sin discrepancias, en los muy benéficos efectos de la siesta sobre la salud. No hubiera estado de más, por tanto, que el Ministro Ruiz Gallardón hubiese proferido su lapidaria frase con algunas salvedades. Por ejemplo: “España no está para siestas prolongadas” o “para siestas de pijama y orinal”. Sin esas salvedades, me temo que la frase de Ruiz Gallardón sea enmarcada en despachos oficiales alemanes y británicos, desde los que se sostiene la vagancia y la arrogancia de los europeos meridionales y, en concreto, de los españoles. No ha sido un buen momento para provocar ese titular, cuando, además, todo US citizen que puede y se preocupa por su salud se echa la siesta (takes a nap) y, sin duda, también querrían echársela los japoneses más sensatos. Me temo incluso que, al estilo del cartel de entrada de los campos nazis (ARBEIT MACHT FREI: el trabajo libera), coloquen en China, a las puertas de sus ciudades-fábricas, cartelones en que se lea 中國是不是小睡,que, según el traductor de Google, significa: CHINA NO ESTÁ PARA SIESTAS.

Ahora bien: si el Ministro Ruiz Gallardón entiende que la siesta, incluso la breve, la clásica cabezadilla, es la clave para la recuperación de España, no hay más que hablar. Más IBI, más tasas y nada de siestas. Sin duda ésa debe ser la clave para acabar con el déficit público y, lo que es más importante, para reducir los desequilibrios estructurales entre Alemania y los países periféricos, que es, según todos los analistas serios, el punctum dolens, el problema de fondo de la Unión Europea, al que nadie le ve arreglo, por la sencilla razón de que no lo tiene.

¿Entienden ahora los lectores de este blog por qué no hablo más de la Justicia? ¿Qué puedo hacer o decir, en serio, cuando el CGPJ está en las manos que está (Presidente y muchos Vocales) y el Ministerio de Justicia ha sido confiado a este hombre, D. Alberto, un político de carrera tan simpático, sencillo, asequible y llano  y, cuando a los Jueces y Magistrados, además de su lamentable auto-funcionarización y pérdida de identidad, les cae encima la basura a la que son, no ya ajenos (en cierta medida no lo son, si apoyan a asociaciones judiciales desentendidas de la calidad de la Justicia y convertidas en pseudo-partidos), sino también víctimas? Hoy sólo se me ocurre una pequeña cosa. Se me ocurre que para lo que no está España es para Ministros de Justicia como Ruiz Gallardón. Y esto sí lo digo completamente en serio.

sábado, 9 de junio de 2012

LA FATAL FUSIÓN DE DINERO Y POLÍTICA = “RESCATE” VIGILADO, AUNQUE SEA “SOFT”



ESTO NO ES EL FINAL: DEBIERA SER EL COMIENZO DE ALGO MUY DISTINTO
(9 de junio de 2012, 20.15 horas)


Que España, en conjunto, no sea rescatada, sino sólo la banca española, sería la parte “buena” e incluso muy buena de la noticia. Significa que el Gobierno ha logrado lo que durante semanas se ha estado considerando imposible: que se ayude a la banca española (la que lo necesite) sin intervenir España, como en los casos de Grecia, Irlanda o Portugal. Es imposible negar que, confirmado lo que se perfilaba como seguro al comenzar a escribir este post, el Gobierno Rajoy ha logrado un éxito importante, porque, aunque este rescate soft les interesase a todos, Alemania incluída, España no ha sido intervenida. Éste es un hecho indiscutible y si no tenemos intervención es, lo están diciendo todos, porque algunas reformas se han hecho (aunque no todas, ni todas bien). Y es de grandísima importancia que se explique este “rescate” blando o soft al mayor número posible de españoles, siempre que se explique con toda objetividad, para informar en serio y no, en absoluto, para colgarse una medalla. (Pueden ver la declaración del Eurogrupo en español ihttp://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/09/economia/1339273087.html o el Statement en inglés, que es el texto original y oficial, en una de las páginas de este blog).

Lamentablemente, hemos comenzado con una rueda de prensa del Sr. Rajoy, que, aunque haya aclarado algunas cosas elementales, ha carecido de humildad en el tono y de verdad (que es lo mismo) en el fondo, lo que, valoraciones éticas y estéticas aparte, ha sido otro gran error político (y lleva demasiados, "no forzados", como dicen en el tenis) [INCISO: ¿no se da cuenta el Sr. Rajoy de que las cosas positivas o menos negativas que ocurren o que se logran no se deben necesariamente a su talento, a su prestigio y a su esfuerzo: así lo tendría que apreciar sin necesidad de otro ejercicio que un breve repaso de sus contradicciones de los últimos días, de las últimas semanas, de los meses pasados desde que preside el Gobierno de España sobre todo y ante todo por el terrible demérito ajeno?]

Ante este “rescate” soft, el Gobierno de España -empezando por su Presidente, el Sr. Rajoy, que no reconoce ningún error, ni siquiera los suyos personalísimos, que no son pequeños- tampoco está para andarse con autocomplacencias. Además de que las reformas las aguantan los españoles más aún que el Gobierno, éste ha tenido que solicitar un "rescate blando" cuando no quería, antes de que los auditores Wyman y Berger hayan establecido qué pasa con la banca española y cuál es la cifra necesaria.  Ha tenido que pedirlo y aceptar este “rescate” soft el 9 de junio de 2012 en vez de a partir del 21 de junio. Y, sin duda, habrá que afrontar consecuencias: las habrá positivas, pero no serán todas agradables, porque el Estado se endeuda (más aún) si la banca no responde bien y ya sabemos que el Estado no es nadie en particular y somos todos en general. El dinero -esto es lo más importante- no se presta ni se entrega a la banca española, sino al FROB como agente del Gobierno español y éste se hace responsable. Vean, en una de las páginas de este blog, el texto completo del "rescate" en los términos del Eurogrupo, que son los que valen. Pero -hay que añadirlo, en vista de que las opiniones políticas y económicas están mermando mucho la objetividad- bastantes, en Europa y fuera de ella (e incluso en España), querían la intervención de España y no la han logrado. Esto es tan cierto como lo anterior.

En la semana pasada, se producía un pulso Gobierno/Rajoy con UE/Merkel, por decirlo de alguna forma. El viernes y el sábado pasados, con un mayor silencio de la UE, el protagonismo público corrió a cargo de Reuters, FMI y Obama, obviamente no sin conexión con la Comisión Europea. Si vuelvo al símil del ring de boxeo, que utilicé en el post anterior, esto del “rescate blando” de nuestro sistema bancario puede ser visto como combate nulo o, más exactamente, como una derrota de España/Rajoy por puntos, pero no por K.O.

En todo caso, el “rescate”, aunque sea “blando” (es decir, para entendernos, insisto, no como el de Grecia, Irlanda o Portugal), señala definitivamente al sistema financiero español (o, mejor, a la realidad de ese sistema) como la almendra de nuestra crisis dentro de la economía mundial. Así, se comienza a poner fin al desastre por donde empezó: por bancos y cajas. Como en todo el mundo. Los efectos de la grandiosa burbuja inmobiliaria en nuestras cajas y bancos, impulsada decisivamente por el sistema financiero de los EE.UU., con sus hipotecas subprime, sus “ninjas”, etc. son, a fin de cuentas, la debilidad económica española que determina el rescate. Como  se lee en el Romance de la muerte del Rey Don Rodrigo, se castiga a España “por do más pecado había” (y, como suele ocurrir, pagan justos por pecadores).

Pero no han sido sólo bancos y cajas de ahorros los pecadores. La “clase política” -en la que están tirios y troyanos, pero más que nadie ZP/PSOE & friends- ha jugado un papel decisivo, de coautores. El Banco de España (BDE), puesto en las manos partidistas del Sr. Fernández Ordóñez, continuó desoyendo los informes de sus propios inspectores acerca de la excesiva implicación financiera con la construcción (no tanto, aunque también, con los compradores de viviendas a base de crédito hipotecario, como con constructores o promotores inmobiliarios). Fue la “clase política” -tirios y troyanos- la que corrompió muchas cajas de ahorros y propició que financiasen barbaridades. Y fue “clase política” entera la que impulsó, seguramente con la complicidad de agentes económicos, no el desmantelamiento de las cajas corruptas, sino su fusión y conversión en bancos. Esto se hizo contra dos evidencias: la primera, que las cajas, en sí mismas, no eran un mal invento, sino uno buenísimo para el crédito de millones de ciudadanos y por sus fines sociales en lugar del dividendo; la segunda, que de la suma de tres (o seis) cosas malas no puede resultar una buena. Ni los políticos, ni los financieros que vieron algún negocio en ese pésimo tratamiento de las cajas, hacieron caso de esas evidencias. Añadan a esa situación, como catalizador, el pésimo manejo, en fondo y forma, del caso Bankia y la sospecha de que la sobreexposición “al ladrillo” es mayor de lo que parece y empezamos a tener descrito, a grandes rasgos, el panorama que hoy determina el “rescate”. Falta sólo añadir el fracaso de los reguladores, porque no ha sido sólo el BDE, quien ha fallado. También la Comisión Nacional del Mercado de Valores (que, p. ej., no vió problemas en la salida a bolsa de BANKIA) y, aunque en otra medida, hasta los vigilantes de la competencia. Por último, un papel no despreciable ha jugado también la misma UE, una vez reconocida la crisis: ¿o acaso debemos olvidarnos por completo de los “test de estrés” bancario, organizados y avalados por la UE, a que se sometieron las entidades financieras españolas? El Banco Central Europeo (BCE) no está exento de alguna culpa, por más que las cajas de ahorros no fuesen sometidas a esos “test”.

En todas partes cuecen habas, me reafirmo. La implicación de los grandes agentes económicos con la clase política no es cosa solamente española. En el origen histórico de este desastre mundial, en los EE.UU., ha sido y es igualmente decisivo el papel desempeñado por la Casa Blanca, el Capitolio, la Securities and Exchange Commission (SEC) y el Sistema de Reserva Federal (FED). No lo digo yo: era la conmixtión o la simbiosis de Capitolio, White House y Wall Street lo que, en su campaña electoral, Obama prometió liquidar y no ha liquidado, sino continuado (como Guantánamo). Ocurre, eso sí, que aquí, en España, la simbiosis ha sido y es muy grosera y ha habido abundancia de analfabetos económicos manejando dinero y tomando decisiones. En los EE.UU., en cambio, muchos agentes económicos y muchos buenos cerebros han intervenido y siguen interviniendo (via “lobbys”, fundaciones, introducción directa en ámbitos de poder, etc.) para que el complejo político-financiero (en gran medida corrupto) no llegue a desmadrarse en ningún sentido (aunque aun así, ha habido grandes y notorios desmanes). Aquí esos agentes no han existido ni existen con la misma fuerza y capacidad de influencia, porque fundaciones, servicios de estudios, etc., además de no contar con los inmensos recursos de sus analogados norteamericanos, no tienen una relación tan estrecha y fuerte con quienes deciden como en los EE.UU.

No hace muchas horas, un amigo extranjero, que ha vivivo muchas crisis en otros países y conoce muy bien España, me hacía notar su asombro al estar comprobando en estos días cómo muchos empresarios (llamésmosles así) españoles siguen aún en la idea de que nuestra crisis, con ser muy grave (incomparable con otras anteriores), era o es un paréntesis. Toda su preocupación es cuándo terminará, para cerrar el paréntesis y, por supuesto, seguir de inmediato más o menos como hasta ahora.

Y no. Esta crisis no es como un paréntesis. Es el final de una época, marcada por muchos factores, totalmente desechables (el primero la "cultura del pelotazo", muy lejos de su extinción). España sigue y no deja de ser y de tener, tras el “rescate blando”, lo que es y lo que tiene, positivo y negativo, antes del “rescate”. Hay que seguir adelante, sobre las bases reales y aprovechando algunos efectos benéficos, pero con algo distinto, con emprendedores renovados y con metas y mentalidades cualitativamente distintas y, por supuesto, mejores.

Pero temo que, lamentablemente, falte visión de conjunto y de futuro. Temo muy mucho que con el “rescate blando” no haya catarsis suficiente. Se hundirán tinglados insalvables y eso no estará nada mal, pero ¿qué hará la clase política? Bien puede ocurrir que el Gobierno y el PP no sepan explicar lo que ha ocurrido y lo que se ha logrado, para lo que, bien miradas las cosas, tendrían que reconocer y entender dónde se han dado tantos pasos erróneos, por omisión y por acción. El PSOE está perdido, sin el menor sentido del Estado. A los primeros les puede dar por intentar sacar pecho, ponerse medallas y creerse genios, con lo que no habrá enmienda de tantas cosas que enmendar. Del PSOE/Rubalcaba sólo cabe esperar que digan ahora lo contrario de lo que dijeron e hicieron. Pero también sería malo que, a unos y otros, con el inestimable “apoyo” de muchos “medios” ignorantes e irresponsables,  les diese por considerarse (por considerarnos a todos) perdedores sin remedio, españoles irredentos e irredimibles, que es el mantra de tantos neoregeneracionistas de vía estrecha. Entonces, el desaliento general ya instalado no tendrá alivio y, en el plano de la politica, se abrirá la búsqueda de chivo o chivos expiatorios (incoada ya en voz baja dentro del PP). Se pedirá -ya se está pidiendo- que rueden cabezas, bajo la bandera de las responsabilidades. Ésta es una película muy vista y con muchos remakes, todos ellos muy vistos.

No seré yo, que llevo tiempo insistiendo hasta la pesadez (lo reconozco) en el terrible fallo del principio de responsabilidad y del sistema de responsabilidades, sospechoso de preferir e insinuar que las cosas sigan como están, ocultas e impunes, sin vigencia de ese básico principio de nuestra vida social y con un sistema de penosa ineficacia para la declaración de responsabilidad y sus consecuencias. Pero ocurre que la rápida determinación de cabezas de turco y de chivos expiatorios no es otra cosa que un escarnio del principio de responsabilidad y un burdo remedo del sistema para exigirla. Es un ajuste de cuentas mafioso. Un apaño interno de la clase política. No es eso lo que necesita el país.

Así que lo prioritario para lo que pueda quedar de sano entre nuestros dirigentes políticos y sociales (verán que admito que algo quede sano:  aún tengo optimismo) es sentar las bases del cambio en la banca y en la política, con una determinación tan grande como la serenidad y la prudencia. Las responsabilidades deben ser determinadas con toda seriedad y las reformas que faltan han de pensarse muy bien (nada de torpes ocurrencias, como hasta ahora) y, una vez bien pensadas, deben debe acometerse sin demora. Si lo que podríamos llamar, en términos clásicos, la pars sanior (la parte más sana o simplemente sana, pequeña, pero aún con poder) de la política no se refuerza con gente seria y es desbordada por la turbamulta de nuestros ganapanes políticos (principales elementos de la desconfianza mundial, ya desacreditados ante nuestra ciudadanía) y si el Sr. Rajoy no rectifica criterios y actitudes claramente equivocados que ha venido manteniendo -como el de no preocuparse por las responsabilidades, el de pontificar sobre el estado de nuestro sistema financiero, que no conoce, o el de querer ser él mismo la cabeza y el portavoz en matería económica-, ya no me alegraré de que no intervengan a España. Al contrario, saldré a saludar con banderita a esos “hombres de negro” de la troika interventora (¡no le va el humorismo, Sr. Montoro!), como salían a saludar a “los americanos” los paisanos de Villar del Río (Guadalíx de la Sierra), encabezados por su alcade, el inolvidable Pepe Isbert, en la extraordinaria película “Bienvenido, Mr. Marshall”.

Diré otro día mi opinión sobre las debilidades más claras de este Gobierno, que tiene que reforzarse (o caerá). Se refieren, precisamente, al sistema de determinación y exigencia de responsabilidades y a lo más elemental de la construcción de un futuro sobre bases sólidas.

lunes, 4 de junio de 2012

NI LOS ERRORES AJENOS EXCUSAN LOS PROPIOS, NI LOS PROPIOS BORRAN LOS AJENOS



A VER SI EN ESPAÑA SE INFORMA DE LO QUE OCURRE FUERA, PORQUE PARECEMOS TONTOS

(actualización a 5 de junio de 2012: un ejemplo de libro de la vagancia y la incultura de nuestros "medios")

UBIQUE FABAE COQUUNTUR
(atribuido a Licinio, aprox. 127 d. C. Trad: EN TODAS PARTES CUECEN HABAS)


Después de haber criticado a fondo, en este blog de difusión muy limitada, cómo se han hecho en España las cosas durante las dos pasadas semanas, en relación con el déficit y la crisis bancaria, después de haber clamado por una seria reducción del coste de nuestro "Estado de las Autonomías", puedo tranquilamente decir que en POR DERECHO no se piensa ni se actúa como en nuestros grandes "medios de comunicación", donde se constituye en gran titular cualquier opinión, más o menos autorizada, que resulte desfavorable para España (en estos momentos, muy gravemente desfavorable) y donde tantísimos comentaristas e informadores, parecen creer, con una ignorancia enciclopédica y una necedad bíblica (es en la Biblia donde más y mejor se habla de la necedad), que todo lo foráneo es oro puro y todo lo propio, hojalata.

Los que más crean opinión pública, en España, son hoy, junto con la clase política y adelantándola, el primer problema de este país. No leen ni en francés ni en inglés ni en alemán ni en italiano (del chino y el ruso más vale no hablar). Más sencillamente: no leen y, por tanto, no se informan. Pero, eso sí, son capaces de escribir o de hablar (¡ay las radios!) de cualquier materia. Si viajan por ahí no se enteran de nada y han dado en resucitar unas actitudes pretendidamente regeneracionistas, que resultan ser de un derrotismo penoso, falseador de cuanto se les pone por delante y causante del más inútil desaliento. Desacreditados ellos en España, es como si pensaran redimirse desacreditando a España. Analfabetos acríticos en los tiempos de las burbujas y de las excesivas alegrías, en los que llegaron a oficiar de voluntariosos palmeros, han pasado a ser los campeones del “me duele España”. No conocen medianamente ninguna Universidad extranjera (de Europa, no digo ya estadounidense, africana o asiática), pero nuestras Universidades son las peores del mundo universo. No han leído documentos de la Unión Europea ni han tenido que someterse a su burocracia, pero los funcionarios europeos son, cada uno, como cualquiera de los siete Sabios de Grecia y la burocracia europea les parece eficacísima, inteligente y rápida, mientras que los funcionarios españoles somos todos ineptos y vagos y nuestra burocracia es condenable sin remisión. Los políticos españoles son todos trincones y medio tontos, pero, al parecer, ni la avaricia, ni la estulticia ni la pereza han rozado o manchado nunca a los políticos europeos, por no hablar de los estadounidenses, los brasileños y los chinos.

Y, hombre (o mujer), tampoco es así.

Podría seguir y no parar. Pero este modesto blog lo leen personas inteligentes y me parece que es suficiente. Resulta que esta ausencia de datos, de cerebro y de criterio de tantos "informadores" y "opinadores" está haciendo mucho daño a millones de españoles de a pie, que si no merecen del todo el nivel de la clase política española, menos aún el de nuestros medios de comunicación.

[ACTUALIZACIÓN: DE NUESTROS "MEDIOS", LIBERA NOS DOMINE. El ejemplo de libro de la seriedad informativa y del sentido de responsabilidad de nuestros medios es éste: a las 15.57 horas del 5 de junio de 2012, procedente de Reuters y DPA, EL MUNDO on line (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/05/economia/1338898106.html) se descuelga con este titular: "Ellos no quieren. Son demasiado orgullosos. Es la arrogancia fatal", afirma la citada fuente sobre el Gobierno de Rajoy".  Si leen la noticia, verán que "la citada fuente" no es tal, por que no se cita a nadie. Pero también procedente de agencias, a exactamente la misma hora, EL CONFIDENCIAL on line(que se supone que es de lo mejorcito en información económica) (http://www.elconfidencial.com/economia/2012/06/05/los-espanoles-son-demasiado-orgullosos-para-ser-rescatados-es-una-arrogancia-fatal-99385/ ) titula: "Los españoles son demasiado orgullosos para ser rescatados. Es una arrogancia fatal". Aquí, como pueden comprobar, se menciona a "un alto funcionario presente en el GT", al que citaría Reuters, pero que, al parecer, carece de nombre. Otras personas, con nombres y apellidos, dicen esto y lo otro (Schäuble, AltajafFabius), pero no: a quien hay que poner en los titulares es a un individuo anónimo del que cabe dudar si existe. Lo más llamativo del asunto es que el anónimo "alto cargo" (y quienes le repican en esta España a merced de ignorantes con ilimitado atrevimiento y cráneos llenos de serrín) parecen ignorar que la expresión "fatal arrogancia" está acuñada y difundida universalmente -en los ámbitos con alguna cultura, se entiende, pero precisamente con alguna cultura económica e ideológico-política- por haber sido la traducción aceptada del título del último libro de FRIEDRICH HAYEK, The Fatal Conceit: The Errors of Socialism Routledge, Londres, 1990 (La fatal arrogancia. Los errores del Socialismo, volumen I de las obras completas, Unión Editorial, Madrid, 1990) La arrogancia a la que Hayek se refiere es la de los planificadores centrales y no tiene nada que ver con la que tendría España al no pedir el rescate. Casi cualquier alemán conoce el dicho alemán: stolz wie ein Spanier, orgulloso como un español. De ahí podría "un alto funcionario", si fuese alemán, colgar su gracieta sobre nuestro orgullo, pero no del polémico libro de Hayek, salvo que el "alto funcionario" carezca de cultura y cuente con que "los medios" le reirán la gracia.]

Primer mensaje: pónganse a resguardo de los informativos de las televisiones, públicas y privadas; pónganse a resguardo de informativos y tertulias radiofónicas. Seleccionen todo lo posible. Sean críticos con lo que escuchan o lean y busquen, busquen por la red, informaciones más fiables y opiniones fundadas. Tampoco on line todo es maravilloso, ni mucho menos, pero los buscadores permiten encontrar bastante material de interés.

Segundo mensaje: si tienen tiempo, no dejen de parar los pies, con comentarios tranquilos y a base de datos, bastantes cosas de las que se publican en esos "medios" por gente indocumentada y, a veces, sectaria. Hay mucha publicidad encubierta, sobre todo negativa, que vale la pena rebatir con serena contundencia.

Hoy seguirá la guerra. Porque estamos en guerra. Simplificando, la cosa está así: “Que sea España quien pida el rescate de su banca” (ellos). “Que la banca misma pueda pedir y obtener directamente el rescate” (nosotros). Y si aquí se han cometido muchos errores, quienes nos los echan en cara no han sido ni son impecables. Ni son necesariamente más inteligentes, altruistas y laboriosos.

Ejemplos: D. Mario Draghi, actual Presidente del Banco Central Europeo (BCE). Si consultan cualquiera de sus biografías, verán que este caballero ha tenido muchísimo que ver con la actual situación económica italiana, nada buena, y, poco después, como alto ejecutivo (Vicepresidente) en Europa de Goldman Sachs (que ya se había quedado con buenos trozos de la economía italiana), ayudó eficazmente a Karamanlis a ocultar las reales magnitudes de la economía de Grecia. Es un hombre de la oligarquía plutocrática estadounidense. Y ahora no se separa de Frau Merkel. Lo que ha dicho el Sr. Draghi hace unos días sobre España (hay una página de este blog al respecto), le ha venido de perlas a Italia. Tengamos un poco de elemental perspectiva para situar a este “profe” financiero, formado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y metido de hoz y coz en lo más tenebroso de la banca archiespeculativa: éste es uno de los políticos de la era Berlusconi. Berlusconi ha sido el super-rico y super-dominador, increíble desde todos los puntos de vista como personaje real, que sólo se entiende tras un colapso histórico (por ahora el único de Europa Occidental) de toda una clase política, que mangoneaba Italia desde el final de la 2ª Guerra Mundial: en un momento dado, se caen a la vez la Democrazia Cristiana, il Partito Socialista (PSI) y el Partito Comunista. En el marco del reemplazo de ese régimen y el advenimiento de Berlusconi, un marco no precisamente brillante, hay que colocar a Draghi y su curriculum USA.

Frau Merkel, por su parte, es uno de los oscuros dirigentes de la CDU, que, tras una juventud comunista en la RDA, aparece tras el derrumbe del muro de Berlín y emerge después de otro derrumbe político de su partido, la CDU, a causa del escándalo de financiación ilegal que se lleva por delante al Presidente de la CDU, Wolfgang Schäuble (¡sí, sí, también hay escándalos económicos en Alemania!). Ahora, después de regresar Schäuble a la política como Ministro del Interior (donde sostuvo posturas antiterroristas muy extremas en 2007), Herr Schäuble es el todopoderoso Ministro de Finanzas con Merkel. Ambos fueron estrechos colaboradores de Helmut Kohl, a quien cabe considerar, me parece, el último de los grandes políticos alemanes contemporáneos: elemento clave de la reunificación alemana y de la Unión Europea, Kohl, a quien al principio ridiculizaban llamándole die Birne (la pera), ha sido el Bundeskanzler de más prolongado ejercicio de la Historia de Alemania. Merkel fue, de hecho, decisivamente apadrinada por Kohl, y luego le atacó. Pero Kohl criticó muy duramente el año pasado la política europea de Merkel, que es considerada en los círculos más serios e independientes de Alemania como una “tacticista” (así me la han definido varias veces) a ultranza, sin amplitud de miras, de lo que le acusaba Kohl, además de reprocharle haber contribuido a que Grecia entrase en la UE. Por el momento, lo que demuestra esta Bundeskanzlerin, más allá de un aldeanismo cultural patente, es no entender la real implicación económica de Alemania con el conjunto de países europeos y, especialísimamente, con los meridionales.

Ya lo dije hace bastante tiempo, un tanto caricaturescamente: parece que Merkel no entiende que no seamos todos alemanes. Ahora la caricatura se está acercando al retrato. Si sigue rehusando medidas serias para la recuperación de la economía real en países como España o condicionándolas a unos ajustes excesivos, Merkel puede, lisa y llanamente, acabar cargándose a Europa y también a Alemania. No puede estar todo el tiempo quejándose de lo que gastamos los meridionales, porque, entre otras poderosas razones, buena parte de lo que gastamos sostiene la producción y la exportación de Alemania. Y, por supuesto, que no nos critiquen por el AVE (tren de alta velocidad) que muchos miles de millones ganó y sigue ganando SIEMENS con tan fausto motivo.

La semana va a empezar para nosotros con el aspecto de un ring de boxeo: de un lado, una Alemania/Merkel que no quiere ver la necesidad de ayudar si no nos entregamos de pies y manos como país y, en el rincón opuesto, una España/Rajoy que rehusa entregarse, envida fuerte a la grande (o sea, apuesta fuerte) e insiste en su planteamiento porque sabe cuánto perdería Alemania (y Europa) forzando un rescate-intervención de España. En conjunto, pese a los errores recientes (muy graves y que, si fuese posible, que lo es, deberían enmendarse) y a lo poco que me gusta el jugador español, me parece que me voy a poner a seguir la partida junto al lado de España. Porque gente no especialmente inteligente (ni rodeados de genios y personajes impolutos: ¿cuántos altos cargos alemanes han tenido que marcharse por plagiar sus tesis doctorales?) ni especialmente legitimada -porque dicen estar hartos de dar sin recibir y eso no es verdad- está exigiendo a España, que se desnuda -sin duda, se desnuda mal, pero se desnuda- lo que no ha exigido a otros países, además muy diferentes. Y porque los EE.UU. están, por la tácita, apoyando a Merkel y regodeándose en la crisis europea, ahora centrada en España. Y esto me resulta especialmente difícil de aguantar: me parece insufrible que cuando Obama conoce los últimos datos (malos) de empleo en USA, se permita afirmar que la sombra de Europa planea sobre los EE.UU. Como si en los EE.UU. no estuvieran jugando su juego con otras cartas, que no son las europeas y como si el hecho de que no tengan AVE en EE.UU. fuese culpa del derroche español (que conste que tamaña tontería la he visto escrita).

Dicho lo anterior, el Gobierno español se tendría que poner a negociar discretamente muchos flecos, a conceder enseguida algunas de las peticiones de la Comisión Europea y a rectificar también, todo lo discretamente que se pueda, algunos planes: Bankia no se puede “rescatar” como dice Goirigolzarri; el plan del Real Decreto-ley 18/2012, de 11 de mayo, probablemente debe matizarse porque trata por igual a entidades en situaciones muy desiguales. Bastante sorprendente paradoja es que ahora resulte que nuestro pretendido punto más fuerte -nuestra robusta banca- es nuestro muy vulnerable talón de Aquiles. Pero peor paradoja sería salvar entidades financieras muy problemáticas o en quiebra técnica y terminar haciendo quebrar a las más sanas. Todo esto, sin contar con que el Sr. Rajoy, en vez de encabezar la resistencia a reducir el Estado y el gasto publico mucho más en serio (lo hemos pedido aquí hasta el cansancio), debería rectificar con claridad. Tal vez así podría España salvarse y el Sr. Rajoy, rehabilitarse.